Cuando tomamos la relativa menor, obtenemos el mismo campo armónico pero desplazado, comenzando desde el VIm de su relativa mayor.
Si añadimos las alteraciones propias de la tonalidad menor para obtener sus dominantes reales (escalas menor armónica y melódica, las dos que tienen sensible), obtenemos dos acordes extra: el V7 y el VII°. Ambos son de función dominante y son los únicos acordes que tomaremos de esas escalas por ahora.
Una diferencia muy notoria en el campo armónico menor, es que el II grado, el acorde m7(♭5), que para la tonalidad mayor era de función dominante, para la tonalidad menor será un acorde de función subdominante.
De hecho, un movimiento sumamente usual es IIm7(♭5) – V7 – Im7: lo que estudiaremos luego como II – V – I menor.
Otra diferencia importante es que el ♭VI grado (que a su vez es el IV subdominante de su relativa mayor), esta vez cumple función de subdominante y no de tónica, como lo era el VIm de la tonalidad mayor.
Además, si bien en muchos textos se omiten el Vm7 y el ♭VII7, son muy prácticos en música moderna y nos dan un sonido “modal” (del modo eólico concretamente), como un dominante menor, dominante suave o “no-dominante”.
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