8 ejercicios de entrenamiento auditivo para desarrollar un súper oído relativo

En el mundo de la música, existe una habilidad conocida como “oído absoluto”, que permite a los músicos reconocer una nota sin necesidad de una referencia. Sin embargo, esta habilidad se desarrolla en la infancia y no es común entre la mayoría de los músicos.

Para aquellos que no tienen oído absoluto, la alternativa es entrenar el “oído relativo”, que es la capacidad de reconocer sonidos en base a una referencia. En este artículo, compartiremos 8 ejercicios de entrenamiento auditivo, progresivos, desde nivel básico a avanzado.

Cómo usar estos ejercicios de entrenamiento auditivo

Es importante tener en cuenta que este proceso es largo y requiere tiempo y práctica. La idea es que, según el nivel en el que te encuentres, te detengas en el ejercicio que te parezca desafiante (ya que iremos ascendiendo en dificultad) y lo practiques al menos durante una semana. Luego, puedes avanzar al siguiente ejercicio.

Ojo: todos los ejercicios se tratan de entonar. No es necesario “saber cantar”, sino simplemente afinar o intentar afinar la nota.

1. Cantar intervalos: segundas y terceras, y luego cuartas, quintas y octavas.

Lo primero será aprender a cantar los intervalos más pequeños, que son las segundas y las terceras.

  • El ejercicio se trata de tomar una nota aleatoria en el instrumento y cantarla, luego a partir de esa nota tocar una segunda mayor y cantarla junto al instrumento. Ahora, sin el instrumento, deberías repetir ese intervalo melódico.
  • Ahora puedes tocar el intervalo de forma armónica, ambas notas juntas, pero cantarlo melódicamente.
  • Una vez que esté dominada la segunda mayor, pasaremos a la segunda menor, que es la distancia más pequeña que tenemos en música y como tal puede ser muy desafiante. Haremos el mismo procedimiento.
  • Ahora pasamos a la tercera mayor, mismo proceso, y a la tercera menor.
  • Una vez tengas este ejercicio un tanto dominado, puedes comenzar a cantar estos 4 intervalos desde una nota aleatoria y únicamente con tu mente, sin ninguna referencia.

2. Cantar acordes mayores y menores

  • Si ya dominas el ejercicio anterior, este te será bastante sencillo: se trata de cantar acordes mayores y menores.
  • Primero tocamos el acorde, mayor o menor, sobre cualquier fundamental, como un arpegio y lo cantamos junto al instrumento.
  • Una vez que tenemos esto dominado, vamos a tocar el acorde de forma armónica, es decir simultáneamente, y cantaremos las notas por separado, igual que como hicimos antes con los intervalos.
  • Ahora ya podemos tocar el acorde, elegir mentalmente una de sus 3 notas, y cantarla sin pasar por el arpegio completo.

3. Cantar la escala mayor

  • Lo primero es cantar la escala mayor, y para ello vamos a aprender primero el famoso tetracordio mayor: Tono, Tono, Semitono. O, lo que es lo mismo, segunda mayor, segunda mayor y segunda menor.
  • Si cantamos esta secuencia ya tenemos la mitad de la escala. La idea es entonar, primero con la ayuda del instrumento, el tetracordio sobre distintas fundamentales.
  • Luego puedes tocar únicamente la fundamental con el instrumento y entonar el tetracordio completo encima.
  • Ahora, si ponemos un tetracordio mayor al lado de otro, separado por un tono, tenemos la escala mayor completa. Misma lógica que antes, probarlo sobre varias fundamentales, subiendo y bajando.

4. Cantar acordes mayores y menores con inversiones

Ahora vamos a cantar los mismos acordes de antes, pero añadirás sus inversiones.

  • En este caso se trata primero de cantar el arpegio comenzando desde sus distintas notas, para internalizar la sonoridad, algo así como 1 3 5, 3 5 1, 5 1 3.
  • Nuevamente, comienzas ayudándote del instrumento y luego sin él.
  • Después deberás independizarlo más y arrancar directamente desde la inversión, así piensas: voy a cantar un acorde mayor comenzando desde la 5ta, que será X nota.

5. Enlazar grados de una tonalidad

Ahora que ya podemos cantar la escala mayor completa y acordes perfectos con inversiones, podemos meternos a cantar grados de una tonalidad.

  • Primero comenzaremos con algo sencillo, un I – IV. Si lo cantamos sin enlazar, “a lo bestia”, tendríamos: 1 3 5, 4 6 1.
  • Pero si lo enlazamos, es decir, aprovechamos las notas comunes y nos movemos lo mínimo posible para encontrar las notas de este acorde, obtenemos un IV grado en segunda inversión: 1 3 5, 1 4 6.

6. Leer melodías desde una partitura

En este punto, ya estás a nivel de leer una melodía desde una partitura, mientras tengas las habilidades básicas de lectura.

7. Cantar otras escalas: menor armónica, menor melódica, modos, etc.

Podemos expandir el dibujo para abarcar muchas más escalas. Atrévete a jugar con él e inclusive inventar escalas.

8. Modular de una escala a otra en base a un grado pivote

En este caso se trata de tomar el mismo dibujito de antes pero agarrar una de sus notas, y pensar a ese como nueva tónica, en cualquier escala.

Conclusiones

Esperamos que estos ejercicios te ayuden en tu entrenamiento auditivo. Recuerda que la práctica constante es la clave para mejorar en cualquier habilidad musical. ¡No te rindas!

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