Respuestas

  1. ¡Hey Valeria!

    Súper. Tiene cosas muy interesantes que no funcionarían de no ser porque las repites: ¡los saltos!

    Pero, como los usas consistentemente, se va generando un micro-lenguaje propio.

    Eso si, es casi imposible de cantar, tienen que ser melodías instrumentales en ese caso. El piano se lleva extremadamente bien con esas melodías, así como los sintes y casi todos los instrumentos son capaces de ejecutarlas, salvo la voz humana (o sea, se puede, pero es difícil saltar en ritmos rápidos).

    Tus saltos tienen un diseño similar de “ida y vuelta”, y eso le da mucho orden. Tómalo en cuenta, porque es algo que tal vez hiciste de forma más intuitiva y está super.

    De hecho, un concepto que más adelante verás es que los saltos conviene “rellenarlos”, o rellenar el espacio que dejan. Y cuando saltamos grande en una dirección, es bueno moverse hacia la dirección contraria (ya sea saltando o por movimiento conjunto).

    Si te das cuenta, el centro está en La, por ello estamos en realidad en La menor y no en Do mayor. Es un “modo”, una escala que comparte las mismas notas pero distinto centro tonal. Ya lo verás en el capítulo 4 (si aún no lo sabes).

    Entonces la tónica realmente es La, porque la resolución se produce hacia esa nota.

    La variación rítmica del final igual le da mucha onda, y además el diseño de esa última parte es como el “espejo” de los otros dos primeros: ahora los saltos son hacia abajo. Bien ahí.

    ¿No se si usaste a propósito la escala pentáfona, o salió solo?

    Está bien logrado. Lo único que te diría es que si esto tuviese una sección B, necesitaría más grados conjuntos en la melodía, para contrastar, y que, por otro lado, para las consignas que vienes intentes mantener el centro en Do (u otro tono en el caso de más adelante, pero mayor), y no te desplaces a la tonalidad menor, ya que es importante “obligarse” a vivir en mayor un rato y aprender a hacer buena música allí 😉

    ¡Saludos!