Como verás, el V grado de la tonalidad menor es un acorde menor, por naturaleza. Contiene las notas 5, ♭7 y 2 de la escala, y entre 5 y ♭7 tenemos una tercera menor, lo que lo convierte en un acorde menor.
Esta séptima está un tono completo por debajo de la tónica (Sol – La para La menor). Entonces, diremos que la escala menor no tiene sensible: Sol está un tono completo por debajo del La, no como el Si que estaba a medio tono por debajo de Do, a la cual llamamos antes la sensible.
¿Qué es la sensible?
Se llama sensible, o sensible tonal más bien, a la 7ma nota de la escala que está medio tono por debajo de la tónica. Es decir, una 7ma mayor. En el caso de la escala mayor, esta tiene por naturaleza su sensible (Si – Do en Do mayor).
Es una nota importante porque empuja hacia arriba, hacia la tónica, para resolver. Esta nota es la clave de la función dominante, al punto que dijimos que es la principal responsable de su inestabilidad y tensión.

Cuando formamos un acorde de V7 en tonalidad mayor (ej. Re Mayor, su V7 sería A7) la 3ra de este acorde de V grado (en este caso Do♯) es la sensible de la tónica (Re).
Al resolver hacia el acorde de tónica (Re, Fa♯, La), el Do♯ empuja hacia el Re.
Ahora, si volvemos al modo menor, nos damos cuenta que este no tiene sensible por naturaleza. En Re menor (relativa de Fa mayor), su séptima es un Do natural, o sea una 7ma menor.
Esto hace que cuando construyamos el acorde sobre el V grado, nos resulte un acorde de Am (La, Do, Mi). Como no tiene sensible, el empuje de ese acorde hacia la tónica es mucho más suave. Se le puede llamar V modal (eólico), o a veces no-dominante, o simplemente V menor.
En la práctica común no se usa tanto de esta manera, es decir como acorde menor, si no que se altera el acorde convirtiéndolo “a la fuerza” en un acorde mayor: A7 que va a Dm. Convertimos entonces Do natural en un Do♯, obteniendo así la sensible de Re, y con ello tenemos en el A7 una función de dominante real.

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