Ahora, con 4 notas contra 1, tendremos nuevas disonancias en nuestro arsenal.
Entre todos los modelos básicos, primero tenemos los que combinan saltos consonantes con notas de paso.
Si vamos a modelos específicos de la tercera especie, hay dos que destacan por ser resoluciones irregulares de la disonancia: el giro de fux o doble bordadura (o doble bordadura incompleta), y la nota cambiata o simplemente cambiata. Ambas me sirven para conectar una distancia de segunda de un compás a otro, si lo pensamos como una primera especie (Do – Si se convierte en [Do – Si – Re – Do] – Si).
En el caso del giro de fux, conviene pensar en que se debe mantener el impulso al resolver hacia el siguiente compás. Así, si quiero bajar, debo comenzar bajando para luego saltar arriba y que esa misma bajada continúe. Ver los ejemplos más abajo.
En cuanto a la nota cambiata esta comenzará bajando si queremos bajar, y comenzará subiendo si queremos subir. La segunda nota de la cambiata será la misma de la resolución.
Fig. 6, nuevas fórmulas de disonancia con resoluciones irregulares de la misma.
Paralelismos ocultos
Esta vez tenemos más notas y por ende es mayor el riesgo de tener quintas u octavas intermitentes. Pero también tenemos ciertos lineamientos:
Es bueno aclarar que hablamos siempre de consonancias perfectas del mismo tipo: dos quintas o dos octavas. No pasa nada entre una quinta y una octava, por ejemplo.
Si ambas consonancias perfectas están separadas por más de 4 negras, no hay problema alguno.
Si ambas consonancias perfectas están en el mismo tiempo en cada compás (por ejemplo una 5ta en tiempo 2 en ambos compases, como en la figura 7), el efecto será más notorio que si estuviesen en tiempos distintos. El efecto más fuerte es cuando ambas están en tiempo 1, que de hecho sería erróneo al reducirlo a una primera especie.
Si ambas consonancias están seguidas una de otra, el efecto será muy notorio.
En la figura 7, el único caso pasable es el último, ya que aunque ambas consonancias perfectas están separadas por menos de 4 negras, no hay ningún tipo de patrón y están en tiempos distintos, lo que hace más difícil definir su relación.
Como lineamiento general, conviene incluir al menos una disonancia por compás para evitar paralelismos.
Fig. 7, Ejemplos de paralelismos ocultos.
El ejercicio
En primera instancia, comenzamos en el tiempo 2 para mayor independencia rítmica.
Conviene plantearlo como una elaboración de una primera especie, y es buena idea plantar ciertos pilares primero.
Se comienza con 8va en el sistema riguroso, pero como sabemos, podemos tomarnos libertades como comenzar con otro intervalo consonante.
Terminaremos siempre en 8va, pero nuevamente podemos tomarnos libertades. Eso si, siempre delinearemos una armonía de tónica al final.
En el caso de una tercera especie ternaria, la primera nota del compás será una consonancia y la segunda y tercera pueden ser disonancias o consonancias.
Respuestas
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Respuestas